jueves, 21 de julio de 2011

LA PELÍCULA







"Ya sabes, vivo como Robinson Crusoe, náufrago entre 8
millones de personas. Entonces, un día vi una huella en la
arena, y allí estabas"

LA PELÍCULA es "El Apartamento", de Billy Wilder.

Siempre creí que era imposible (es más, una falta de respeto al inmenso mundo del cine), situar una Obra por encima de las demás. De un mundo maravilloso no se puede destacar qué es lo más maravilloso de todo. Pero a lo largo de los últimos años el resto de las películas han ido quedándose atrás respecto a una, que es ésta sobre la que divago en estos momentos.

Hacía mucho tiempo que no la veía. De hecho, sólo la había visto una vez, y puede que la tuviera mitificada. Pero no. La acabo de ver, y es tal y cómo la almacenaba en mi memoria. En los primeros minutos de metraje ya me sentí totalmente absorbido por la estela de melancolía y comicidad del Protagonista CC Buxter "Buddy", interpretado por uno de los mejores actores que jamás el cine ha parido, Jack Lemmon. Porque a este personajillo, un cualquiera entre los cualquieras, necesita que alguien le salve de esa vida tan normal. Y aunque tenga que prestarle las llaves de su pequeño Apartamento de soltero a sus jefes para que se lleven a los ligues a cambio de un ascenso que parece que nunca llega, la cosa no es tan grave. Y no lo es porque todos los días puede disfrutar de la fugaz compañía de esa mujer que le ilumina el día, protagonizada por Shirley McLaine. Más allá de su sutil hermosura que brilla con luz propia, regala una interpretación de melancolía que junto a la de Buddy, hace que la química entre ambos sea tan explosiva. Pero al igual que nos sucede a los cualquieras, lo que nos es querido pasa de lejano a inalcanzable en un segundo, tan rápido como se rompe un espejo. Con estos ingredientes y unos pocos más, se van sucediendo las esperanzas, desilusiones, tristezas y alegrías de estos personajes, culpables y víctimas todos ellos de las circunstancias en las que se ven mezclados, regalando por el camino una historia de amor que nos suena, sí, quizás porque su base sea la misma que otras películas o libros, quizá porque alguna vez la hemos soñado, o quizá, si hemos tenido suerte ¿Buena o mala? alguna vez la hemos vivido.

Por eso esta es mi película favorita. Porque habla de un cualquiera que aunque la vida le trate a palos, aunque le restriegue su falta de fortuna por la cara, y aunque le arranque la esperanza, él consigue mantener la dignidad. Puede entonces que la vida no sea tan miserable como parece, y finalmente -después de tantos golpes- dejes de sentirte un cualquiera porque ya has encontrado a alguien que te ha convertido en especial.

Cuando allá en 1994 Fernando Trueba ganó el Oscar y dio las gracias a Billy Wilder - http://www.youtube.com/watch?v=tI1vm2lX__c - , yo era demasiado joven para saber quien era esa persona a la que que estaba tan agradecido. Pero ahora, al igual que Trueba entonces, tengo que agradecerle, quitándome el sombrero, el haber hecho tantas películas maravillosas en general, y El Apartamento en particular. Thank you Mr. Wilder.

2 comentarios:

Raquel E. Mediavilla dijo...

Como la vida misma, extacto. Porque la vida no deja de ser un drama y una comedia perfectamente mezclados. Además ¿quién no se siente identificado de algún modo con Jack Lemmon? Es uno de sus mejores papeles.

Carmen dijo...

Me uno a Raquel