martes, 19 de julio de 2011

EL LIBRO


EL LIBRO es "Tokio ya no nos quiere", de Ray Loriga. Habla, en primera persona, de un pobre hombre que se dedica a viajar por el mundo suministrando a aquellos que lo necesitan una droga que de momento sólo existe en la ficción, pero muchas veces me gustaría que existiera además en la realidad. Es una droga que borra exactamente (más o menos) los recuerdos que tu eliges. Aquellos recuerdos que se te clavan en lo más profundo de tu alma, que te hacen avanzar más lento, o incluso pararte, en tu vida. Esos momentos que desearías no haber sufrido, aquellos besos que no puedes arrancarte de las entrañas. Si no recuerdas a una persona que has querido no puedes estar triste por su pérdida. Imagínese. Una pildorita y se acabó el sufrimiento. Pero cuidado, no te pases, que a lo mejor quemas más campo que el que necesitas.

De todas formas la droga en sí no es lo importante, lo importante es el protagonista. Él se pasa la vida dando tumbos, escapando hacia adelante, entreteniendo su vida con lo que sea para no dejar que el recuerdo que le persigue le alcance. Sin mucho éxito, claro, porque los recuerdos, cuanto más intentas dejarlos atrás, más ventaja te sacan. Así que claro, al igual que no se puede dejar al Lobo cuidando el gallinero, no le puedes dejar un maletín de ese tipo de química a alguien que la necesita más que nadie. Total que las cosas empiezan a sucederse como uno espera que sucedan, al igual que cuando uno se propone algo, espera que suceda lo que persigue. Y cuando la historia está mediada, igual que un oasis de ensueño en mitad del desierto de la desesperación, nos sumergimos en todos esos recuerdos de los que el protagonista quiere huir, y vemos que la felicidad es Tokio, o cualquier otra ciudad, mientras estemos con quien queremos. Pero que todo aquel paraíso es un infierno cuando aquel ser que te ha bendecido con su presencia desaparece y deja tras de sí un vacío que ya estaba ahí antes, pero que no lo sabías hasta que has tenido la plenitud con qué compararlo. Y después más tumbos, y más dolor y más tristeza.

No es que me guste la idea de ser infeliz, es que me gusta la idea de olvidarse de que lo eres. De por qué lo eres.

2 comentarios:

Raquel E. Mediavilla dijo...

Curiosa nueva soma... me apunto el titulo!!

Otto el pilotto dijo...

Soma, eh?? Si un día pillo de eso te invito.
Mientras, si finalmente te da por leértelo, ya me contarás si te ha gustado. En cualquier biblioteca se puede encontrar, si no me equivoco.