miércoles, 7 de mayo de 2008

Cenotes



Allá en la península del Yucatán, en el México lindo de las canciones, donde anduve en el 2006, todo el centro de la península es selva. Miles de kilómetros cuadrados extendiéndose hacia todas partes con un monótono paisaje de arboles de la misma altura y tonalidad, sólo atravesado por alguna carretera de dos carriles uniendo alguna población separadas por decenas de Km, x donde no pasan ningún vehículo durante horas y las tarántulas, grandes como puños, descansan plácidamente al sol. Por supuesto, tb hay varios núcleos de Ruinas Mayas. Alguna de esas ruinas apenas son visitadas por turistas de los de Cámaraza en mano, gafas de sol gigantes, bermudas estampadas con flores, y sombrero de paja. Otras, ni siquiera están descubiertas aún. Y después están las más famosas, cuya capital es la archiconocida Chichén Itzá.Además de todo esto, la monotonía selvática se ve de vez en cuando interrumpida repentinamente por los Cenotes.
Esto son unas formaciones geológicas, de todos los tamaños posibles, hasta un diámetro de 40m, y unas profundidad nada desdeñable desde el nivel de la selva hasta el agua , que puede llegar a los 30 m o incluso más. Pero mayor es la profundidad hasta el fondo de esos impresionantes agujeros, ya q de algunos de ellos no se puede saber la profundidad q pueden llegar a tener, e incluso se saben q están comunicados entre ellos por túneles subterráneos inundados y mucha corriente. Esto se conoce xq cuando alguien se ha caído a uno de ellos su cadáver ha reaparecido en otro q podía llegar a estar a 20 km de distancia.
Los mayas, además, entre muchas atrocidades, se sacrificaban sumergiéndose en ellos después de haber ingerido alucinógenos, pues al contrario de la mayoría de las religiones, ellos creían q los dioses y el paraíso, en vez de estar en el cielo, estaban en la profundidad de la madre tierra, y el cenote era la mejor forma de llegar hasta allí y hasta ellos; en concreto a Chaac, el Dios de la lluvia, para rogarle q les enviase la lluvia q tanto necesitaban. Cuando yo estuve allí, me estremecí y me fasciné por aquellas oscuras trampas de piedra y agua. Tanto por su belleza como por su historia.
Tan profundos.
Y tan atrayentes.
Pues eso es lo q me ha venido a la memoria cuando has entrado por esa puerta y nuestras miradas se han cruzado por primera vez.

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